jueves, 24 de mayo de 2012

Una leyenda de la historieta argentina: JULIO ÁLVAREZ CAO


Por Germán Cáceres
Esta leyenda de la historieta argentina –Julio estaba emparentado con los caricaturistas y colaboradores de Caras y Caretas Eduardo Álvarez y José María Cao Luaces-  comienza en 1951, cuando es presentado por un grande de la poesía, Raúl González Tuñón, a la editorial Abril, en donde consigue trabajo como dibujante porque provenía nada menos que del prestigioso mundo del Bellas Artes. En una entrevista concedida a Sasturain por él y Casalla, comentaron que al mostrarles trabajos de Raymond y de Foster  a Spilimbergo, éste no vaciló en afirmar: “Son grandes maestros del dibujo comercial. Nosotros estaríamos diez días para hacer esta página...”  Pero a Álvarez Cao le faltaba profesionalismo, y no podía cumplir con los plazos de las entregas. Y entonces pasó a escribir guiones bajo la dirección de Julio Portas, y su primer trabajo -firmado con seudónimo- fue Tony Apollo, con gráfica de Carlos Cruz

Alvarez Cao y Casalla, en 1981

Para Intervalo, de la Editorial Columba, emprendió adaptaciones de libros policiales de S.S. Van Dine y de la novela El delator, de Liam O´Flaherty. En D´Artagnan, hizo una serie de historietas con temas deportivos, que escribía Roberto Valenti
El Cabo Savino, con dibujos de Casalla, en revista Fantasía, 1974.

Después contó con sus propias historietas como dibujante y guionista en la Editorial Lainez: Capitán Rick y Rio Kid, para Puño Fuerte, y, en Impacto, Crimen Club, Billy Brandy y El Lampeao, esta última de cangaceiros, que fueron un tema constante en su obra. En el episodio “Pier Visconti R.I.P.” (1984), de Pier, el Corso, con ágiles dibujos de Juan Dalfiume, en medio de la violencia desplegada por esos bandidos rurales del árido sertăo obtiene un tono melancólico acompañado de sesgos románticos. Respecto a Río Kid (una típica historieta de cowboys dentro de la onda de las películas clase B norteamericanas), en el episodio “Mr. Herbie Dolan Esq.” (1960) su grafismo realista y sencillo, sin ornatos, y con aplicaciones de pincel  a lo Pratt, robustece la narración. El guión mantiene el suspenso porque no se sabe quién es Herbie Dolan hasta el final. Además, privilegia la acción utilizando pocos textos explicativos. También estuvo a cargo de Sargento Tommy, para la Editorial Brughera.

Víctor Vanel, con dibujos de Enio, en revista Fantasía color 1, 1980

Asimismo, realizó historietas unitarias, como Los patines de hielo y Guerra secreta.  Carlos R. Martinez, basándose en declaraciones efectuadas por Cao en la nombrada entrevista, deduce que “La etapa de dibujante de Julio Álvarez se cierra hacia 1961 ó 1962”. Antes, cuando Casalla estaba excedido de trabajo, dibujaba episodios de El cabo Savino.
La producción de Álvarez es amplia, se podría decir que inabarcable. Pero alcanzó su fama y consagración guionando El cabo Savino, Crónicas de un porteño viejo, Capitán Camacho, Pier, el Corso, Pehuén Curá y Carbajo, Ganzúa y Cía. En numerosas oportunidades firmó con el seudónimo de Roque Guinart, que según manifestó en la citada charla, fue “sacado, a su vez, de un personaje del Quijote que éste encuentra camino de Barcelona, una especie de Robin Hood español”. 
Página de la serie Pier el corso, con dibujos de Dalfiume

En relación con El cabo Savino, Casalla escribió: “En 1954 inició su aparición en el diario La Razón una tira diaria con mi personaje”. Quien más textos aportó fue Álvarez Cao, pero colaboraron también otros importantes guionistas: Solanas, Mandrini, Villegas, Morhain, Albiac, Zappietro. Savino era un soldado de fortín, reclutado a la fuerza, que intervino en la llamada Campaña del Desierto en el período 1860/1880. Según Álvarez Cao: “Ha nacido alrededor del 1850, porque hacia el ´80, que es el límite con que nos manejamos, tiene treinta años...” Se trata de una excelente historieta de acción, más allá de que registra hechos históricos (el cabo participó como joven soldado raso en la Guerra del Paraguay) y ciertas costumbres de los indios. Sobre su eventual óptica política Casalla fue muy claro: “Pero acá no podíamos contar una matanza de mañanita, cuando estaban todos durmiendo en la toldería. El editor no lo publicaba. Tratamos de hace hacer la Campaña del Desierto sin buenos ni malos: son indios que defienden su tierra y soldados que los van a sacar de ahí. Y no sé si no tienen más razón los indios de defender lo suyo que los otros de sacarlos. Pero eso en la historieta no lo puedo poner. Sólo puedo aspirar a contar una historia humana que respete a ambos bandos.  Es la historieta argentina de mayor duración, pues aún se sigue publicando. Además, el dúo no oculta la admiración por el indio en “Mamá Curé no está rezando” (1974), un canto a las tradiciones tehuelches y a sus tierras. Casalla demuestra oficio y los diálogos abundan en chistes, ironías y ocurrencias, como es habitual en Álvarez Cao. El éxito de El cabo Savino fue tal que llegó a contar con revista propia.

La serie Diego, en la que utilizaba el seudónimo Roque Guinart. Con dibujos de Repetto, en revista D`Artagnan, 1976.

Otro logro del guionista es Pehuén Curá -en un principio dibujada por Juan Arancio-, que relata las aventuras de un baqueano que estaba a las órdenes de Juan Manuel de Rosas. En “Desconocida aventura de Facundo” (1975), que graficó Castro con sólido estilo realista, aparece Facundo Quiroga y se muestran facetas de las traiciones e intrigas de ese período.  

Pehuen Curá, con dibujos de Arancio, en revista D`Artagnan, 1972.

Capitán Camacho es otra historieta de la dupla, y Álvarez Cao define al protagonista como “un bacancito porteño que se va aquerenciado a la frontera donde ha ido a parar por un drama personal”. En “Yo, el rey de Araucania” (1985), porta un cuchillo corvo y sostiene un duelo con Orélie Antoine de Tounens, autoproclamado rey de la Araucania, que empuña un sable de caballería: una manera de hacer conocer a este extravagante e insólito personaje de la historia patagónica. 

Capitán Camacho, con dibujos de Casalla, en revista Nippur Magnum, 1982.

Una título no suficientemente valorado es Víctor Vanel, en la que Álvarez Cao demuestra manejar con soltura el género policial. Por ejemplo, en “Retrato de Manouche” (1980), con arte de Enio Leguisamón, despliega diálogos concisos de gran precisión y fuerte contundencia. La narración es ágil y atrapante, con textos largos, pero ricos e ilustrativos. Capta el ambiente francés mencionando al famoso corredor automovilístico Jean Pierre Wimille, a La Sûreté, al diario France Soir y expresiones como “cul-de-sac”. La acción resulta vertiginosa y está acompañada por una notable planificación de Enio.
Pero tal vez su máxima creación sea Carbajo,Ganzúa & Cía. (1984), con gráfica de Gerardo Canelo. Como apunta Alejandro Aguado: “Es una obra que se inscribe entre las claves de la historieta argentina”. El estilo del guión es fresco e inspirado y permite al dibujante plasmar un trabajo de excepción, en el cual descuellan la planificación, el audaz diseño de página y el formato de los cuadritos. Textos y dibujos son funcionales a una narración nostálgica, sensible y a tramos poética por sus bellas imágenes. El manejo del color es creativo. Además, no sólo aparecen varias viñetas mudas, sino incluso páginas. Es maravillosa la recreación de época (los años veinte y treinta). Aguado aclara que Carbajo, Ganzú & Cía. sólo fue innovadora en sus primeros treinta capítulos del total de sesenta y dos que dibujó Canelo.
Carbajo Ganzúa & Cía, con dibujos de Canelo, en revista D`Artagnan.


Según Manuel Morini, Álvarez Cao falleció en 1992, y durante su enfermedad –que duró un año- sus guiones los escribía Eugenio Zappietro (Ray Collins), que no sólo los firmaba con el nombre de aquel, sino que también le entregaba el dinero (Alejandro Aguado también refiere esta anécdota).
Se transcribe lo publicado por la “Primera Bienal Internacional y Cuarta Bienal Argentina del Humor y la Historieta” sobre su trayectoria. Realizó con su nombre: Pehuén Curá, Crónicas de un Porteño Viejo, Sargento York, Cronista Policial, Comando Monty. Con el de Álvarez:  Rio Kid, Capitán Rick, Billy Brandy y Tony Apollo. Bajo Roque Guinart: El cabo Savino, Diego y Patrulla Americana. Utilizó J.D. Masip y Domenech para: Cuadernos del Mayor Flyn, Rock del Caribe y Policiales del Ambiente Francés. Firmó como Tommy Trench, Carl Trench y Al Warest en Brigada Madelaine y diversos guiones de guerra. Y con el seudónimo de Capy Ricks guionó argumentos de aventuras. A su vez, Judith Gociol y Diego Rosemberg mencionan Barry Norton, con textos de Eugenio Zappietro, y Álamo Jim, del que fue uno de los guionistas.   
Con dibujos de Casalla, en revista D`Artagnan, 1972.

Se puede apreciar que la obra de Álvarez Cao es un torrente que se expande, inasible, por  cuarenta años de la historieta argentina. Es lícito evocar a un gigante de la literatura, Balzac, que con La Comedia Humana (un total de ciento treinta títulos entre las obras terminadas y las proyectadas) desparramó a sus personajes de tal manera que es casi imposible rastrearlos. Así, Eugenio De Rastignac se muere en una novela y luego aparece en una fecha posterior en otra.
La inmensa producción de Julio Álvarez Cao tendría que republicarse para reunir en libros sus dispersas historietas. Es una contribución que enriquecerá la historia del género y, principalmente, brindará felicidad a los lectores.


Germán Cáceres


Bibliografía


Aguado, Alejandro, “Valorizando una gran obra de la historieta argentina: Carbajo, Ganzúa & Cía, de Álvarez Cao y Gerardo Canelo” en http://laduendes.blogspot.com.
Cabo por siempre/Libro homenaje, La Duendes editora, Comodoro Rivadavia, 2011.
Casalla, Carlos, El cabo Savino, La Duendes editora, Comodoro Rivadavia, 2011.
Gociol, Judith, y Rosemberg, Diego, La historieta argentina/Una historia, Ediciones de la Flor, Buenos Aires, 2000.
http://es.wikipedia.org: “Julio Álvarez Cao”.
Martínez, Carlos R., “El otro Álvarez Cao”, en http://luisalberto941.
Martinez, Carlos R., “Presencia de la historia nacional en la historieta argentina”, en http://www.tebeosfera.com.
Morini, Manuel, “Hacete amigo del comisario”, en http://manuelmorini.blogspot.com.ar.
“Primera Bienal Internacional y Cuarta Bienal Argentina del Humor y la Historieta”, Municipalidad de Córdoba, 1979.
Sasturain, Juan, “El cabo Savino: treinta años de milico, ningún ascenso”, en Superhumor Nº 8, julio de 1981.
Trillo, Carlos y Saccomanno, Guillermo, Historia de la historieta argentina, Ediciones Record, Buenos Aires, 1980.

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