jueves, 29 de septiembre de 2011

Dibujantes y guionistas: fotos para el recuerdo

Las siguientes fotos pertenecen al archivo personal de Gerardo Canelo y fueron tomadas por los dibujantes Horacio Merel y José Massaroli. Retratan un asado en1989 en el club Ferro Carril Oeste, organizado en el Estudio Géminis por Merel, Barragán y Massaroli. Corresponden al momento en que Canelo y Alvarez Cao realizaban la recordada serie “Carbajo, Ganzúa & Cía”.

En las mismas se aprecia a grandes autores de la historieta nacional, cuando el mercado de historietas gozaba de excelente salud y las revistas se vendían de a cientos de miles.

En las imágenes se aprecia a grandes autores ya fallecidos, como Eugenio Zoppi, Pablo Pereyra, Julio Alvarez Cao, Horacio Merel y Jorge Gemelli. También aparecen José Massaroli, Ramon Gil, Enrique Meier (dibujante que dirigió la revista Turay), Carlos Barragán y el artista plástico Julio Dolz.

Son fotos de una época en que los lectores solían conocer a los autores de historietas solo por su trabajo. A diferencia de hoy en día, no existía Internet y la inmediata posibilidad de difundir las fotos de reuniones y eventos. En ese sentido, estas fotos retratan a autores de una edad de “plata” de la historieta argentina. Son un registro histórico de varios de los guionistas y dibujantes que, con sus trabajos, deleitaron a generaciones de lectores.



De pie: Massaroli, Zoppi, Gil, Julio Alvarez Cao y Canelo, 1989.



Canelo, Gemelli, Dolz y Meier.


Zoppi (de espaldas), Julio Alvarez Cao, Canelo, Gil


En la fotos se ve a: Massaroli, Merel, Canelo, Gemelli, Julio Dolz, Meier, ..., Zoppi, Pereyra y Barragán. 1989.




Zoppi, Julio Alvarez Cao, Canelo, Barragan y Julio Dolz.


Zoppi, Julio Alvarez Cao, Canelo, Gil, Meier y Julio Dolz, 1989.


Notas y entrevistas relacionadas


Entrevista a Horacio Merel en Blancas Murallas
Recuerdo de Horacio Merel en el blog de José Massaroli

Nota sobre Eugenio Zoppi, realizada por Germán Cáceres, en este mismo blog.

Nota sobre la serie Carbajo Ganzúa y Cía, de Julio Alvarez Cao y Gerardo Canelo, en este mismo blog

Nota sobre Julio Alvarez Cao en Top Comics

Pablo Pereyra, por José Massaroli, en este mismo blog.

martes, 27 de septiembre de 2011

Fallece el guionista y editor italiano Sergio Bonelli



El investigador italiano Luca Lorenzon nos informa que en la mañana del 26 de septiembre falleció Sergio Bonelli, guionista y uno de los principales editores de historietas de su país. Las tiradas de la editorial Sergio Bonelli Editore rondaban los 800 mil ejemplares anuales.

Sergio Bonelli dirigía la editorial creada por su padre, Gian Luigi Bonelli, quien también era guionista y el creador de Tex, uno de los más reconocidos personajes de Italia. La editorial dio vida a personajes de gran popularidad, como Tex, Dylan Dog, Martin Mystere, Zagor o Mister No. Para dicha editorial trabajaron/jan varios autores argentinos de renombre.

La historieta italiana está de luto.





Página de inicio de la web de Sergio Bonelli editore

1er. Concurso Internacional de Ilustración Social



(Gacetilla de prensa)

Somos una OSC (Organización de la Sociedad Civil, Sin Fines de Lucro) conformada por jóvenes que tenemos el objetivo de "Subvertir el sentido común".

Creemos que las corporaciones mediáticas imponen su agenda, a conveniencia y en función de intereses que suelen ir en contra de la humanidad. Al tiempo que agravian y violentan valores esenciales y atentan contra la libertad de expresión, la independencia de pensamientos y pluralidad de voces.
Sin embargo, aun quedan espacios de resistencia. Y este concurso será una demostración de ello.

Para más información sobre el concursoEnlace

Entrevista: Hugo Pratt (primera parte)

VIAJE PERMANENTE A LA AVENTURA

(Entrevista a Hugo Pratt)

Por Germán Cáceres


Hugo Pratt

Nació cerca de Venecia, en una playa al lado de Rímini, el 15 de junio de 1927. Es uno de los grandes historietistas de todos los tiempos.

A los veintitrés años arriba a la Argentina contratado por el Sindicato Surameris y comienza una etapa artística plena de realizaciones. Junto al guionista Oesterheld plasma series antológicas reconocidas internacionalmente: Sargento Kirk (1953), Ticonderoga Flint (1952) y Ernie Pieke (1957) son las principales.

Luego también se hace narrador y entrega historietas como Ann y Dan (1959), Wheeling (1962) y Capitán Cormorant (1962).

Después de vivir casi quince años entre nosotros parte para Italia (tras un período en Londres y Brasil, y regreso a la Argentina), donde en 1967 estrena La balada del mar salado. En ella aparece su célebre personaje Corto Maltés –que se independiza en 1970-, una de las obras cumbres de este arte, en el cual la aventura es un valor ético desbordante de poesía. Su grafismo peculiar –ese manejo del pincel, de la aguada y de las manchas de tinta –resulta inconfundible y ha dejado escuela.

(Falleció el 20/8/1995).



El Corto Maltés

Germán Cáceres: El programa cultural Italiana 86 comprende óperas, conciertos, cine, teatro, conferencias, danza, exposiciones de pintura y su muestra hisorietística. ¿No piensa que ello significa un merecido reconocimiento del prestigio de la historieta?

Hugo Pratt: Me parece justo que sea así. Porque está siempre latente el prejuicio –que más bien es ignorancia- de que la historieta es un arte menor. Se presume que habría un arte mayor. Pero éste ¿en qué consiste? Porque es muy difícil dar una definición del arte. El arte o es una intuición pura de la realidad o es comunicación. Y si es comunicación, la historieta entonces es arte. No me defino como artista, sino como artesano, a la manera del pintor renacentista que cuenta con colaboradores. La historieta es ante todo una disciplina, un gran medio laboral. Trabaja no sólo el dibujante, sino el colorista, el que hace el lettering, el responsable de la composición tipográfica, el guionista. Me pregunto: ¿quién inventó esta subvaloración de la historieta? ¿Los críticos, la cultura oficial, el periodismo, la opinión de cierta clase social?



Corto Maltés en Las Helvéticas.

G.C.: ¿No cree que este desprecio hacia la historieta se origina en el hecho de que grupos academicistas se defienden de las nuevas expresiones artísticas que ponen en peligro su poder cultural?

H.P.: Eso lo explican con elocuencia las cifras de venta. De un solo personaje como Tintín, de Hergé, se editaron ciento ochenta millones de libros desde su aparición en 1929. Por ejemplo, la primera edición de Blueberry, de Moebius, consta de ochenta mil ejemplares. ¿Qué puede decir sobre estos números la cultura oficial? Se calla, no le conviene hablar, porque: ¿alcanza estos tirajes alguno de los escritores de la proclamada literatura mayor?




Ernie Pike, con guión de Oesterheld, en edición española.

G.C.: La cultura oficial que Ud. menciona afirma que la historieta es para la masa.

H.P.: Quiere decir que para la mentalidad de esa cultura aristocratizante la masa es más estúpida que los cuatro mil lectores de un libro selecto. ¿Es que no hay que escuchar a la masa y sí a la minoría que frecuenta novelas que recibieron el premio Goncourt?

Yo prefiero tener a mi favor cinco millones de lectores y no cuatro o cinco críticos literarios que me impugnan porque soy historietista. Me importa un bledo lo que opinan estos sujetos, porque a ellos, ¿quién los lee?




G. C.: Por suerte hay ciertos críticos como Umberto Eco que valorizaron la historieta.

H.P.: Por supuesto; es el caso de Gillo Dorflles que elogió mi obra, y de Romero Brest que llegó considerarme más un pintor que un dibujante de historietas. No dudo que abundan los críticos honestos y serios, pero a mí me interesa el público.



Tres libros dedicados a obras de Pratt, editados por Record.

G.C.: Cambiando de tema, ¿Ud. está trabajando ahora con Milo Manara?

H.P.: Milo Manara es todo un creador que dibuja y escribe. Me pidió -¡vaya saber por qué!- un guión sobre la colonización de América. Era un tema que hacía tiempo rondaba por mi cabeza y deseaba dibujar, pero como me estoy poniendo viejo y tengo poco tiempo, escribí el guión y Manara lo dibujó muy bien. Tal vez haya pensado que yo conocía mejor que él la problemática del indio americano. La historieta se llamó Todo empezó con un verano indio y me demandó leer, o más precisamente visitar, unos sesenta libros.



Cató Zulú, en La Carvana de los Boers.

G.C.: ¿Y qué puede contarnos de su experiencia con el color?

H.P.: Amo la pintura y he incursionado en ella. Pero opto por hacer lo que conozco, o sea dibujar historietas. Cuando surge la necesidad de colorearlas, en lugar de restarle dedicación al dibujo recurro a un colorista. En esta tarea descuellan las mujeres: son más hábiles que el hombre. Porque la historieta no admite contrastes violentos, sino combinaciones tenues, suaves, como la técnica del pastel. Patricia Zanotti, quien con Guido Fuga dirige esta muestra, es una excelente colorista y ha colaborado conmigo. Pero ella es una auténtica creadora y no dudo que pronto abandonará la coloración por el dibujo.


Ticonderoga

G.C.: Ud. vivió muchos años en la Argentina, donde dibujó hermosas historietas como Sargento Kirk, Ernie Pike, Wheeling, Capitán Cormorant y Ticonderoga Flint. ¿Su formación artística es argentina?

H.P.: Lo que desarrollé en este país fue la madurez; mi formación es anterior. Empieza en Venecia cuando tenía cinco o seis años y prosigue en Etiopía, donde abrevé en la pintura copta, cuyas imágenes poseen semejanza con la historieta.



Ann y Dan, en edición de editorial Record.

G.C.: ¿A qué edad estuvo en Etiopía?
H.P
.: Entre los diez y los dieciséis años.

G.C.: ¿Allí estudió dibujo?
H.P
.: Nunca estudié dibujo, si por ello se entiende copiar yesos. No creo ser un buen dibujante; lo mío es habilidad para narrar o si quiere para acompañar los diálogos. Soy mejor dialoguista que dibujante.


Corto Maltés en Fabula de Venecia.

La próxima semana, la segunda parte.

jueves, 22 de septiembre de 2011

DOS DÍAS ANTES DEL DÍA H, por Oenlao

Con la colaboración de Eustaquio Bove.

La Biblioteca Nacional es uno de mis lugares preferidos en el mundo. El lugar donde se puede pedir cualquier libro y leerlo dentro de ese tranquilo edifico que parece una nave espacial que sobrevuela Buenos Aires.

El jueves 2 de septiembre, muy cerca del Día de la Historieta, nos citaron para la entrega de los premios obtenidos por una obra que presentamos en el Concurso de Historieta de la Biblioteca Nacional. Acudimos alegremente con mi co-equiper Sergio De Sanctis.



Oenlao, Fer Gris y Massaroli

En el ascensor nos topamos con una familia de Cruz del Eje, también jubilosos pero algo sorprendidos por la ciudad o por la biblioteca: el ganador más joven del concurso era parte de esa familia.

Los organizadores del concurso, Miguel Ángel Foncueva -escultor de una estatua de 2,50 m de altura de EL ETERNAUTA, (un inverisímil rumor dice que estaría armando un parque temático de la gran historieta)- y Manuel Escola, estaban allí, inquietos, para llevar a buen puerto ese galeón historietístico que están piloteando.



Massaroli, Canelo y Lalia

Foncueva pasó el timón (y el micrófono) al director de la Biblioteca Nacional, Horacio González; el sociólogo y ensayista dijo que la historieta es "un modo de narrar las vicisitudes de un modo social muy vasto" y que "Argentina ofreció a la historieta universal joyas que todos tenemos en la memoria". A su lado estaban Juan Sasturain y Carlos Nine.



Gerardo Canelo con su reconocimiento

Merecidamente, se decidió bautizar al nuevo acontecimiento: III Concurso Nacional de Historieta Argentina “Francisco Solano López”; de ese modo, se homenajeaba también al gran dibujante de Slot-Barr, recientemente fallecido y se festejaba por adelantado el Día de la Historieta. Como además estaba proyectado un reconocimiento a grandes autores de la historia de la historieta, las condiciones estaban dadas para que suceda lo que sucedió: llenamos la sala.




Había una extraña mezcla de gente de la historieta, de distintos afluentes; Sasturain lo notó y remarcó algo sorprendido: los nuevos y los de antes, los de la Urraca y los de Columba, los que son más reconocidos en Francia y los que son más reconocidos en Italia, de Disney y de Súper Humor, de más de ochenta años (Alfredo Julio Grassi) y de casi doce (el más joven de los ganadores del concurso)... Y todos formando parte de esta gran familia de la historieta argentina. Estuvo muy bien. Y fue hasta simbólico.

En primera fila estaba el histórico guionista Jorge Morhain, que era parte de los ganadores. Había muchos flashes y cámaras profesionales. ¿De Télam era alguna?



Enio, Lalia, Grassi y Manuel Morini

La cuarta razón para la convocatoria era otro homenaje a Solano López, aparte del implícito en el nombre del Concurso; una gentileza de la Biblioteca Nacional y la CONABIP (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares). "Solano López está en la foto de la cultura argentina", expresó Juan Sasturain, agregando que la historieta ha ganado "una visibilidad que antes no tenía".



Jorge Morhain, Enio, Massaroli, Lito Fernández, Sasturain, Nine, Manuel Morini y Mandrafina.

Los titanes de la historieta que recibieron su muy merecido homenaje fueron Domingo Mandrafina, Oswal , Solano López, Landrú, Carlos Trillo, Fontanarrosa, Calé, Horacio Lalia, Gerardo Canelo, José Massaroli, Ricardo Ferrari, Alfredo Grassi, Enio Leguizamón, Lito Fernández, Alfredo Falugi, Silvestre Szilagyi y Manuel Morini (más conocido como Gustavo Amezaga). También resultaron premiados Juan Sáenz Valiente y Lucas Varela pero no asistieron (Llamativamente, el de los jóvenes exitosos fue el único grupo que no estuvo presente, seguramente embelesados en bacanales)
Nine y Sasturain se entregaron los reconocimientos a sí mismos.


Jorge Morhain recibiendo su reconocimiento

Después llegó el turno de los veintiocho ganadores del II Concurso Nacional de Historieta "Héctor Germán Oesterheld"; eran los autores de las diecinueve historietas ganadoras entre casi docientas que participaron.

José Massaroli me presentó primero a Alfredo Grassi y después a Gerardo Canelo; los saludé y, como sucede en estos casos, sentí el contacto de la historia. José le dijo al prolífico Julio que yo también era guionista y él asintió con una sonrisa. Su mujer me dijo rápidamente, alentándome, que con esa profesión se habían comprado la casa y el auto, o sea que era una profesión más rentable de lo que parecía. Al excelente dibujante Canelo le dije que admiraba su trabajo y él me dijo que seguía el mío en La Duendes: increíble...

La lejana editorial de historieta patagónica estaba muy bien representada en los diplomas: Morhain, Fer Gris (que ganó con un guion de Javier Hildebrandt), Massaroli y Canelo. También estaba presente entre los ganadores Argentina Cartoon con Felipe Ávila y Netomancia. Y yo, que juego para los tres, si incluimos a Barricada Comics.



Oenlao recibiendo su reconocimiento

Terminamos charlando con Lito Fernández, Falugi y con Nine. Hasta que se fueron todos y apagamos las luces y cerramos la sala con Foncueva.

En definitiva, una tarde perfecta en uno de mis lugares preferidos.

Nota: Las fotos que ilustran esta crónica son de Oenlao y José Massaroli

Otra excelente nota – crónica sobre el evento, se puede leer en el blog José Massaroli, uno de los autores distinguidos.

martes, 20 de septiembre de 2011

viernes, 16 de septiembre de 2011

Entrevista: Pablo Barbieri

Pablo Barbieri es un joven y talentoso guionista en ascenso, tanto por sus publicaciones como por el volumen de su obra. Hoy, trabaja como guionista en el canal Disney Junior, para una serie que se emite en 22 países. Pero además de ello, gracias a Internet crea series acordes con su gusto temático, con dibujantes de todo el país y el extranjero.
Todos los jueves, en
Historieta Patagónica, podemos disfrutar de la serie “Crónicas del hombre frío”, en la que los dibujantes se van alternando. Serie que finalmente se volcará a formato libro.


Pablo Barbieri

Edad, lugar de nacimiento, residencia

Nací hace 37 años en Villa Crespo (hoy “Palermo Queens”!), Capital Federal. Vivo con mi esposa en Villa Elisa, una zona donde el vecino más cercano vive a 50 metros y donde he podido contabilizar 26 especies de pájaros.

¿Desde cuándo y por qué el gusto por escribir guiones?
El gusto por narrar lo traigo en los genes. La familia de mi abuela paterna, catalanes ellos, está llena de escritores, pintores, músicos y bioquímicas (¿!!?). Mi viejo escribía por hobbie y yo desde pequeño intenté acercarme al oficio de narrar, ya sea en cuentitos, en libro al estilo “Elige tu propia aventura”, más tarde en novela, guiones, dibujitos animados, etc... En mi infancia tardía descubrí las revistas de Columba y las historias de Robin Wood y Ricardo Ferrari me volaron la cabeza. Recuerdo que medía la calidad de las revistas por la cantidad de historias guionadas por estos dos monstruos. Si había historias suyas compraba; de lo contrario las dejaba pasar (aún hoy lo hago así). Quise luego dibujar mis propias historietas y me quedé en el camino, eso se lo dejo a los habilidosos. Soy un narrador nato, así como un dibujante frustrado.



Dibujos de Tomás Gimbernat

¿Cuándo y dónde comenzaste a publicar?
Comencé publicando comics en la revista de antologías Bastión #3, en el año 2005. En esa época me juntaba mucho con unos amigos dibujantes que hoy triunfan en Estados Unidos y Europa. Éramos muy jóvenes y desconocidos, llenos de ideas y ganas pero viviendo de lo que podíamos. Uno de ellos (a quien por circunstancias de la vida ya no veo) hizo todo por mí. Fue a Capital Federal, habló con el editor, en un segundo viaje me llevó con él y me lo presentó, me vendió como buen guionista, cerró el trato y finalmente me ilustró la historia. Pocas veces vi tanta generosidad.

A continuación vendría la miniserie Dallilah con el hiper-talentoso ilustrador peruano César Carpio Guerra y mi esposa Nadina Carnovale en las tintas para la Bastión Unlimited. Luego colaboraciones por aquí y allá en Argentina, Perú, Venezuela y Colombia. Hablando siempre del campo de los comics.



Dibujos de Ríos Blanco

¿Cómo se escriben los guiones, cómo es el trabajo de realizarlos?
A mi modo de ver, los guiones son hijos y como tales pueden llegarnos bajo diferentes circunstancias.
1. Pueden venir inesperadamente, como resultado de una situación o calentura espontánea (una imagen, un nombre o una anécdota disparadora de ideas).
2. Pueden ser fruto de un nacimiento planificado, esperado, que seguramente demandará más tiempo pero nos llenará de orgullo. La “obra de nuestras vidas” (que con el tiempo dará paso a otra “obra de nuestras vidas”!)
3. O bien pueden ser la respuesta a un pedido comercial; “Tenés que escribir un guión de X páginas, sobre Y tema, para Z día”. Te pagan por ello. Pero nunca va a tener el sabor de escribir tus propias historias; sería como criar al hijo de otro. Bienvenido al mundo profesional.

En todos los casos tenés que tener en cuenta qué vas a contar, a quién va dirigido y qué formato le vas a dar.
Una vez que tenés la idea clara (y escrita), los personajes definidos y con su historia previa (fundamental!!) y decidiste la extensión en páginas que le vas a dar, comienza el trabajo más mecánico, aunque demandante de cierta creatividad visual; definir las viñetas que compondrán cada página (cuántas, de qué tamaño y relevancia). Y luego viene el trabajo fino; qué se verá en la viñeta y qué diálogo y/o texto (si lo hubiere) se leerá. Un detalle a tener en cuenta; el final de cada página debe invitarnos a querer seguir leyendo.
Obviamente no todos los guionistas son tan detallistas a la hora de definir lo que irá en cada página, viñeta, fondo, etc. e incluso algunos ni siquiera hacen una separación entre páginas, sino que enumeran una sucesión interminable de viñetas y el dibujante decide dónde termina una página y comienza la siguiente, y cuántas páginas compondrán la historia. Son formas de trabajar diferentes y válidas todas, algunos dibujantes prefieren el guión detallista y otros prefieren el guión libre. Allí es donde a base de pruebas y errores, dibujantes y guionistas se irán encontrando para formar perfectos maridajes.

Pero lo más importante, como en todos los órdenes de la vida, es tener constancia y meterle horas: producir, producir y producir.



Dibujos de César Carpio Guerra

Además de realizar guiones de historietas ¿escribís para otros medios de difusión?
Sí. Actualmente me desempeño como guionista de la serie de dibujos animados El payaso PLIM PLIM, que se emite por Disney Junior en 22 países de habla hispana.
También tengo escrito guiones de cine (ninguno filmado aún); una novela que participó del Premio Clarín de Novela y numerosos cuentos con los que cada tanto me presento a concursos.

¿Tenés preferencia por determinadas lineas estéticas para trabajar con dibujantes, o por ciertas temáticas?
Sip. Tengo un marcado gusto por el trazo realista en la historieta (el buen manejo de las proporciones humanas, el buen trabajo de fondos, etc). Me han gustado desde siempre monstruos como Eleuteri Serpieri, Juan Giménez, Lucho Olivera, Alberto Salinas, Jean Giraud, Horacio Altuna, Horacio Lalia, Alberto Breccia. Por eso cuando encuentro monstruitos como Carpio Guerra, Saenz Valiente o Serafín, me vuelvo loco.
Mis temáticas favoritas son: la ciencia ficción, el policial, el fin del mundo, la guerra. Hace poco caí en la cuenta que son las líneas basales del movimiento ciberpunk, que se origina en los relatos de Phillip Dick (como Blade Runner) y llegan a nuestros días en la forma de películas como Matrix o Mad Max; pasando por la estética de Drunna y Ficcionario en el comic; Dark Angel o Max Headroom en TV; Duran Duran y Depeche Mode en la música y Deus Ex en los videojuegos.
Encuentro un placer especial en escribir sobre asesinos seriales y sobre civilizaciones antiguas.



Dibujos de Daniel Mandoza

Por lo que pude ver, trabajaste con numerosos dibujantes, de varios países. ¿Cómo se da la posibilidad de trabajar de ese modo?
Sólo una palabra: Internet. Es genial. Gracias a ella, las distancias se tornan cada vez más pequeñas, las fronteras desaparecen y es posible trabajar en equipo con cualquier persona en cualquier lugar del mundo, cosa que antes era muy difícil. Asimismo los mercados se nos amplían y nuestros productos pueden ser ofrecidos de manera práctica, instantánea y económica.
He tenido la suerte de trabajar con varios peruanos, españoles, venezolanos, colombianos y una decena de argentinos a los que jamás conocí en persona. Hoy es moneda corriente, pero cuando empecé (2005) este sistema era bastante novedoso, sobre todo en otros países de Latinoamérica. Tal es así que la miniserie Dallilah fue incluida en la cronología de la historieta peruana como la primera realizada por Internet. Es más, debieron pasar 5 años para que dibujante y guionista nos pudiéramos fundir en un abrazo. Fue un momento mágico, que sólo te puede dar el haber concebido y parido un personaje (vuelvo a la analogía de los hijos) aunque más no sea mediante la web.


Dibujos de Henry Díaz

Hoy, Internet mediante, Crónicas HF va tomando forma en 5 países a la vez, sin inconvenientes, demoras ni malos entendidos. Y es sólo el comienzo.
En la actualidad, según tengo entendido, estás trabajando para varios medios, incluido el exterior. Es así?
La verdad es que no me puedo quejar. En materia de comics estoy publicando regularmente con ustedes, para el HP Blog y las revistas de LA DUENDES; y también estamos incluidos en la revista venezolana Étnica #3 con una historia de marines espaciales ilustrada por el artista peruano Diego Rondón Almuelle.
En TV soy guionista de la serie PLIM PLIM de Disney.
Y también trabajé en producción de videoclips (Encías Sangrantes, “El pozo”); fui extra en cine (“Yo soy sola”), etc... Siempre moviéndome en el campo de lo audiovisual y lo artístico que, como dice Serrat, es aquello “que mejor sabe y que más le gusta”.





¿Proyectos a futuro o que se estén realizando?
Bueno, en La Duendes estamos trabajando desde hace unos meses con un proyecto que no para de crecer; “Crónicas del Hombre Frío”. Arrancó como una serie de cuentitos individuales que fueron luego formando parte de una historia madre, donde el protagonista mantiene una relación particular con la muerte. Comenzó ilustrándolos Maximiliano Aquino y pronto se transformó en una propuesta colectiva de 48 páginas que incluía a una decena de dibujantes de varios países: Pablo Leirós Gomez (España); Maximiliano Aquino, Tomás Gimbernat, Gastón Spur (Argentina); Henry Díaz y Camilo Triana (Colombia); Diego Rondón Almuelle (Perú); Edixon Rodríguez (Venezuela); y ya se sumaron Edu Molina y Daniel Mendoza. Un auténtico dream team. “Crónicas HF” esperamos verá la luz en papel antes de fin de año. Por lo pronto se pueden ir leyendo algunas de las historias en el HP Blog.



Dibujos de Diego Rondon

Con mi amigo César Carpio Guerra (Perú) tenemos dos proyectos concretos. Uno es la recopilación de los capítulos de la miniserie Dallilah (48 páginas), con un capítulo inédito que completa la historia. El otro (Los Elementales, 64 páginas) es una novela gráfica de aventuras sobre una periodista mimada que debe cubrir la irrupción de pirámides en distintas partes del globo para toparse con una milenaria conspiración internacional. Ambas historias están en tratativas con una editorial española. Carlos Trillo supo leer los primeros bocetos de “Los Elementales” y me decía:

No sè còmo te las vas a arreglar para que se entienda, pero es un buen desafío. (...) Mandáme más.
Un abrazo,
Carlos

Y por otro lado tengo una novela que aún no tiene editorial; MALCOLM, una historia de amor malparido en la Inglaterra victoriana. Va a ir acompañada de una decena de ilustraciones góticas realizadas especialmente por un gran maestro del horror. No puedo adelantar más por ahora.



Dibujos de José Luis Alvarez

Pregunta infaltable. ¿Cómo ves el panorama actual de la historieta?
Es complejo. No hay que olvidar que hablamos de una de las 5 grandes escuelas de narración gráfica del mundo.
Tengo 37 años y mucha memoria de lo que fue la Historieta Argentina. Recuerdo perfectamente la época en la que las revistas de Columba se contaban de a pilones, sus tiradas eran de 300.000 ejemplares por mes y las alternativas eran nada más y nada menos que (la vieja) Fierro, Skorpio, Patoruzú o ediciones españolas como la Zona 84 (70% material argentino), Cimoc, Creepy, etc...
En esa época había un factor indiscutible: las historietas se hacían de a dos. La dupla guionista-dibujante era invencible, la calidad y el profesionalismo se hacían evidentes en guiones sólidos e historias atrapantes y dibujos estudiados y creativos. Cada uno hacía lo suyo y lo hacía muy bien, no había otra posibilidad, nadie pensaba en hacer chantadas.
Luego vinieron los años oscuros. Oscuros para toda industria nacional, la década menemista supo herir de muerte a la otrora poderosa Historieta Argentina en dos flancos; - la demolición de la educación pública (las nuevas generaciones no sabrían leer ni escribir correctamente), y - el tipo de cambio favorecedor de la importación hizo que todo joven (y me incluyo) que tuviera 7 pesos/dólares en el bolsillo dejara de comprarse una Nippur Mágnum para llevarse en cambio una Batman y una Spiderman y encima te sobraba para el bondi.



Dibujos de Ríos Blanco

En ese contexto feroz, las grandes industrias nacionales perecieron lentamente, cambiaban de papel, achicaban formatos, se bastardeaban mientras agonizaban. Poco era lo que los artistas argentinos podían hacer. Pronto perdieron sus fuentes de trabajo y los más despiertos descubrieron en la incipiente internet una forma de migrar sus trabajos hacia lugares donde aún pudieran colocarlos. Otros directamente armaron las valijas y se fueron a vivir a Europa. Y otros apostaron por quedarse aquí y trabajar de lo que sea que les diera de comer.

En cuanto a los nuevos artistas (siempre surgirán), el círculo se cerraba, en el exterior ya no se los requería y aquí poco había por hacer. Comenzó entonces la época de los fanzines argentinos, llevados a cabo principalmente por dibujantes (recordemos que; demolida la educación se hace difícil encontrar guionistas). Ellos libraron una batalla digna pero injusta, sin armas (educación, industria, políticas de estado).



Dibujos de Carla Leonardi

El único proyecto que salió airoso fue El Cazador, debiendo sin embargo adaptarse a los nuevos públicos, aquellos que iban a la escuela solamente para tomar la sopa con fideo. Por sólo 3 pesos, Cazador apeló al lenguaje vulgar, al dibujo crudo por demás y a lo escatológico para sobrevivir, cuando es innegable la calidad artística y la capacidad narrativa que sus hacedores poseen, hay pasajes que son dignos de la mejor época de la historieta nacional.

Toda esta lucha no puede acabarse sin dejar ciertas cicatrices. Desde el año 2004 la historieta nacional está luchando por volver a ser lo que era. Primero con las Bastión, las Puente Viejo, luego con la intentona de Virus, la colección Historieta Nacional de Ivrea, los trabajos de La Productora, la Magma de Thalos, el Blog de HP y La Duendes, las colecciones de Clarín, la nueva Fierro, las múltiples convenciones... Aunque aún las tiradas son pequeñas y estamos muy lejos de la época dorada.



Dibujos de Camilo Triana

Si bien la diáspora argentina sigue dando cátedra en el mundo, aquí falta mucho camino por recorrer hasta recuperar la gloria perdida.

Sólo el trabajo serio, concienzudo nos puede volver a colocar en un sitial del que no merecíamos ser expulsados. Trabajar en equipo; estudiar dibujo; tener “estilo personal” sólo luego de haber dominado las instancias clásicas; respetar el idioma desde una coma hasta un espacio; hablar bien; escribir mejor.

Las condiciones están dadas. No hay que escatimar en esfuerzos.



Dibujos de Ríos Blanco