sábado, 28 de febrero de 2009

La Historieta y la plástica

La Historieta y la plástica
En las siguientes citas, autores argentinos de renombre, dan cuenta de la relación o no, entre la historieta y la plástica, de visiones y prejuicios.



Ilustración de Chichoni para Fierro 28 –primera época- , 1986.

Oscar Chichoni
“¿Quiere decir que ya entonces trabajabas para los medios gráficos ¿Y la pintura de caballete?
- A principios del 82, con dos amigos, montamos en Córdoba un taller propio. No necesité demasiado tiempo para comprender que aquella actividad no cubría mis expectativas plásticas. Lamentablemente, y aunque muchos crean lo contrario, son mayores los condicionamientos comerciales en la pintura de caballete que en la ilustración gráfica. Para tener cierta trascendencia en lo que podríamos llamar «plástica formal», son necesarias las concesiones de todo tipo, desde lo que está de moda a las relaciones públicas, pasando por los marchands y los críticos de arte. Con los medios gráficos la cosa es menos hipócrita: uno hace lo que tiene ganas y después busca el medio donde pueda colocar el trabajo. Si a ello sumamos la mayor difusión que tiene la obra impresa, por sobre el cuadro en una galería – que a lo sumo y con suerte ven un centenar de personas- ya no me quedaba dudas sobre cuál era el camino expresivo a seguir.
(Entrevista a Oscar Chichoni, en “El hombre ilustrado”, Fierro 28 (primer época), 1986.
“Muchos gráficos miran con horror a los pintores y los pintores a los gráficos…
- Yo tengo la actitud de un pintor para encarar la obra, pero no me interesa exponer. (salvo cuando te invitan, y lo pasás tres días bomba en algún lugar interesante) Me importa la impresión, no el cuadrito en la galería o en la casa. Son cosas del siglo pasado. Dejemos de lado mi caso, sería pretencioso, pero imaginemos a alguien de mucho talento: sería un crimen que su cuadro esté en el pasillo de una casa, donde nadie lo ve…
(Entrevista a Chichoni. De Santis, Pablo, en “Una paleta de metal fundido”, Raf Nº 3, julio 1993.)

Jorge Meijide
FIERRO: (A Meiji) Tu caso es muy raro, la participación que tenés en la historieta es a través de guiones, cuando tu principal actividad desde hace 15 años es el dibujo artístico.
Meiji: Es verdad, porque hace un tiempo que también dejé de hacer dibujo de humor. De alguna manera o que para las Artes Plásticas, con mayúsculas de solemnidad, es un prejuicio con la historieta, a mí se me presentó mucho tiempo como una contradicción. Siempre me resultó distinta la actitud ante el papel blanco, cuando tengo que dibujar para una exposición, que para una revista de historietas. En mi última muestra hay trabajos que antes jamás hubiera pensado que podían ir a una exposición. Yo también tenía en ese sentido, una cantidad de prejuicios; ahora todavía, me cuesta meter en una historieta mi trabajo como plástico, quizás alguna vez me anime, pero me resulta evidente que elementos de la historieta están puestos en mi trabajo como plástico. No creas que hace tanto tiempo que los plásticos dejaron de ver como algo menor al género historietístico, pero ahora, que muchas veces cada cuadrito de una historieta es una auténtica obra plástica, ese concepto es insostenible. Con el tiempo, todo lo que sea dibujo, va a tener mucho que ver con la historieta.
(Entrevista a Jorge Meijide. Polosecki, Fabían, en “Cuadritos de una exposición”, Fierro –primera época- 70, 1990.)



Página de Alack Sinner, del episodio “Por unos dibujos”, donde Muñoz y Sampayo abordan en clave ficción un hecho real. El dibujante Keith Giffen llevaba un tiempo apropiándose de viñetas dibujadas por Muñoz, y le devolvieron el “favor” realizando esta historieta: un dibujante sudamericano va a reclamarle al copiador la autoría de sus trabajos. Como no podía ser de otro modo, al sudamericano las cosas no le salen como pensaba.
Fierro 79 –primera época- 1991.


Quino
“…¿Tal vez porque ellos mantienen más elementos plásticos. ¿Cómo convive usted con la plástica?
- Yo no soy un plástico, ni un artista, ni nada. En eso coincido con Antonio Gades, que sólo se considera un trabajador. Yo soy un trabajador. El secreto está en pasarse ocho o diez horas diarias haciendo lo de uno.
- Si, pero en general eso lo hacen todos los artistas, y sin embargo existen muchísimas formas de encarar el trabajo. Y no por una cuestión de la cantidad de tiempo que uno le dedique.
- Durante una época a mí también, como a tantos otros, me dio la chifladura de decir «quiero hacer algo más que dibujo de humor y dedicarme a pintar», pero ya se me pasó. Me di cuenta de que esto es lo único que sé hacer bien, y que me tengo que dejar de macanas. Yo asumí que se hacer esto y ya está.”
(Entrevista a Quino. Marchetti, Pablo, “Mi temática es siempre la lucha entre débiles y poderosos”, La Maga, miércoles 20 de octubre de 1993, Pag. 16)

José Muñoz
“Antes de llegar a esto, usted hablaba del Buenos Aires de los 60, y de las tribus. ¿Cuál era en aquel momento la relación entre las historietas y la plástica? En aquellos años surgió, por ejemplo, la nueva figuración, que marcó muchísimo a la gráfica posterior que se hizo en el país y, de hecho, planteó una discusión de límites entre, por ejemplo, plástica e ilustración.
- Si, pero yo ya la veía desde afuera, con la ñata contra el vidrio. No había ningún contacto, al menos en mi caso. Yo ya veía sus obras, pero nada más. Después lo conocí a Steimberg, que tal vez servía como un poco como puente entre la historieta y otros sectores del conocimiento, pero al poco tiempo, cuando se estaba abriendo un poco más, me fui. Ahora es menos común que un artista plástico maltrate la historieta, pero en aquella época pasaba mucho.”
(Entrevista a José Muñoz. Marchetti, Pablo. “Los cuadritos a veces son como guaridas en las que me refugio”, La Maga, miércoles 9 de noviembre de 1994, pag. 12)



Ilustración de Nine, de 1986, para la revista-libro El Péndulo.

Carlos Nine
“¿No tiene obra hecha especialmente para exponer?
- No, porque yo no hago diferencias entre la plástica y la gráfica. Los que están más interesados en hacerlas son los plásticos, que te acusan de infiltrado. Yo tuve experiencias propias, en concursos en los que intervine, gané y los pintores decían: «¿cómo va a ganar este que no es pintor?» En general tratan de que te quedes en tu lugar. Y a mí me parece una boludez.
- ¿Usted tiene formación plástica?
- Claro, yo estudié en Bellas Artes. Pero pienso que la verdadera posibilidad de vehiculizar la creación está en la gráfica, en lo que está impreso. Porque es lo que la gente puede disfrutar masivamente. L aprueba está con lo que pasa en el Centro Cultural Recoleta. Si vos exponés en una galería te ven 500 tipos. En cambio aquí pasan miles. A veces te ligás comentarios que son del neófito, porque es la masa que te ve, pero hay pibes que te ponen cosas muy interesantes. Uno tiene que acostumbrarse a convivir no sólo con otros plásticos, sinó también con la gente”
(Entrevista a Carlos Nine. Marchetti, Pablo, en “Desde la caricatura es muy difícil competir con Menem”, La Maga, miércoles 25 de agosto 1993, pag. 16)

miércoles, 18 de febrero de 2009

Editorial Columba. Valorización

Editorial Columba
valorización


Columba fue una editorial que gozó de gran popularidad y ventas masivas, a través de numerosos títulos: “El Tony”, “Fantasía”, D`Artagnan”, Nippur Mágnum”, “Intérvalo”, a lo que se sumaban las versiones de las mismas revistas en “Todo Color”, “Sùper Color”, “Extracolor”, “Anuarios”, “Superálbums” y “Súperanuales”. En la década del `70, un título como “D`Artagnan” vendía 240 mil ejemplares quincenales. Generaciones de argentinos crecieron leyendo esas revistas. Ninguna revista del género, hasta las que se transformaron en sus competidoras en las décadas del ´70 y ´80 o que eran consideradas “las revistas”, como Skorpio y Fierro, consiguieron arrimarse a esas cifras de venta.

Sin embargo, sobre el recuerdo de Columba pesa una especie de fama negra. Por ejemplo, una de las características de editorial Columba era la de exigir a su plantel de autores el moverse dentro de rígidos parámetros estéticos y entre esos requerimientos, a los autores noveles, se les exigía que copiaran el estilo de otro dibujante que gozaba de la aceptación de los lectores. Esa situación les imponía severas restricciones en cuanto a experimentar con el dibujo y buscar una línea propia. Otras características eran que desde la editorial se priorizaba la producción industrial de historietas y que se quedaban con los originales de los dibujantes. Al priorizarse desde la editorial la producción industrial, dibujantes solventes y de talento, como lo eran en su gran mayoría, solía ocurrir que no podían dar lo mejor de sí. Por ejemplo, resultaba común ver que trabajos de esos mismos autores en revistas de otras editoriales, eran superiores en calidad gráfica a lo que publicaban en Columba.
Sin embargo, era también un espacio donde los autores podían dar sus primero pasos, ganar experiencia y hacerse un nombre, pasando a ser considerados “profesionales”.
Los testimonios:



Eduardo Risso
Eduardo Risso, hoy consagrado a nivel mundial, en una entrevista a la antigua Fierro, le dedicó algunos párrafos a sus inicios en la Editorial Columba. Para comenzar a publicar a nivel nacional tuvo que mudarse de Rosario a Buenos Aires:
“Fue muy duro al principio. Cuando llegué me hicieron un bollito con todo lo que traía y me mandaron como ayudante de dibujantes, pasé por dos o tres, me pagaban muy poco, trabajaba en una oficina y alternaba yendo a dibujar (…) Hasta que di con un dibujante como Pedrazzini: también él tenía necesidad de aprender, se dio una confluencia muy piola, todo lo que se hacía se discutía y aprendíamos los dos. En esa editorial por supuesto me exigían que copiara el estilo a un dibujante, empecé con Mandrafina, hacía una historieta que se llamaba Tagart, un abogado tipo «Petrocelli». Después tuve oportunidad de cambiar cuando me pidieron una miniserie que era «Holocausto». Ahí ya me largué a hacer algo más personal, en esa época admiraba mucho a Muñoz y tenía mucha influencia de él. Cuando caí con la «cosa fea» a esa editorial me pegaron tantas puteadas… pero la publicaron. Entonces ahí le metí para adelante, me fui cortando con lo mío”
(Entrevista a Risso en Fierro 73 -primera época-, pags. 14 y 15, agosto 1990)


El Guardaespaldas, con dibujos de Eduardo Risso

Horacio Altuna
“¿Las revistas de Columba son el paso obligatorio para adquirir status de dibujante profesional?
- A lo mejor es poco así. Por lo menos lo fue para mí entonces. No te diré que monopolizaban el mercado (venden varios cientos de miles de ejemplares) pero hace quince años, sobre todo, eran casi las única alternativa para el que empezaba y quería trabajar en forma regular.
Yo llevé muestras y me las rebotaron. Entonces me tomé tres meses y me puse a copiar dibujos de revistas inglesas. Me salieron una pinturita, muy bien copiadas. Les gustó mucho como dibujaba ese señor que era inglés. Y bueno, entré así. Tardaba semanas en hacer una página. Pero no de exquisito sino porque me mataba para que me salieran más o menos discretas.
- Columba, sin embargo, tiene una fama negra entre los dibujantes de historieta seria. Algo asó como el de una trituradora de estilos. ¿Cuál fue tu experiencia en ese sentido?
- Mirá, yo allí empecé a darme cuenta de la arbitrariedad con que se alienta o hunde a un dibujante. Una vez estaba haciendo antesala para ver si aceptaban mis cosas y al lado mío estaba Balbi, un viejo alumno de Alberto Breccia que yo admiraba muchísimo.
A Balbi lo rebotaron porque su estilo no encajaba dentro del de las revistas de la editorial. Que las caras, que la línea, un montón de pretextos… Lo mío en cambio lo aceptaron, sin ningún mérito porque como ya te dije yo entonces todavía copiaba.
Entonces imaginate mi estupor. Yo me decía: si soy una bestia dibujando, de malo, al lado de este tipo. Y a mí me toman y a él lo patean ¿entonces en qué editorial estoy?
Y esto me parece importante decirlo, porque Editorial Columba viene tiñendo toda la historieta seria nacional desde hace más de cincuenta años (…)



Pepe Sánchez, de Robin Wood y Carlos Vogt.

- ¿ Por qué pensás que es un sistema lapidario para un dibujante que quiera evolucionar?
- Yo allí estuve nueve años. Mi relación no fue mala con ellos. Pero creo que Columba, salvo dos o tres honradísimas excepciones, liquida a los dibujantes porque los marca dentro de esquemas muy rígidos. Si querés evolucionar tenés que irte. Los hace entrar en una escala de producción chorizo. Se trabaja a mimeógrafo o como quien llena planillas. Nunca supe si me pagaban por calidad, cantidad o escalafón. Cuando invocaba alguna de las tres cosas para pedir aumento me sacaban a relucir cualquiera de las otras. ¡Pero ojo! El editor hace esto con la complicidad del dibujante.”
(Entrevista a Horacio Altuna. Ema Wolf, en “El «Loco» Altuna, Superhumor 14, febrero 1982)


Nippur, con dibujos de Lucho Olivera.

Sin embargo, algunos de aquellos autores pudieron sortear aquella premisa y dibujar respetando su estilo, tales son los casos de Mandrafina o Casalla, quienes a su vez eran tomados como ejemplo para que se los copiara. Mandafrina se refiere a la copia de estilo, voluntaria o no, y de los peligros de que sea impuesta desde una editorial.
Mandrafina
“Tenés la curiosidad y exclusividad de ser el único dibujante que publica simultáneamente en las tres grandes editoriales que imprimen historietas, a saber: Columba, Récord y La Urraca, cuando a lo largo de muchas polémicas y sucesos ruidosos se estableció una especie Romeojulietismo un «aquí o allá» entre Columba y las demás. Una división ideológica que incluía esa actitud plagiaria de copiar estilos. De obligar a algunos dibujantes a copiar a otros. Vos, particularmente, tenés como a cien copiadores.
- Esto, en general, lo que hace es degradar al que copia ¿no? Es un sistema de copia industrializada que no ayuda al dibujante. Ellos tendrán sus versiones de por qué lo hacen. Hace muchísimos años que funciona de esa manera. Yo siempre digo que tuve la suerte de entrar en Columba sin necesidad de copiar. Pero este asunto en la historieta tiene otra tradición: la copia se hace para ir investigando, uno mismo, por dónde anda su propio estilo. Para progresar, copiando a los dibujantes que le gustan. Para aprender. Esa es la copia honesta, digamos, de autodidacta como, de última, somos el ochenta por ciento de los dibujantes de historietas. Pero la editorial lo industrializa, lo maneja y los hace público. A mí no me produce frío ni calor, personalmente. No me agrada, desde ya, pero no me asusta tampoco.
¿Se institucionaliza a un dibujante como un estilo de contar?
- Más que como un estilo de contar (creo que es prácticamente imposible de copiar), lo que se copia es una gráfica, el aspecto.
Mark, con dibujos Ricardo Villagrán.

- Yo he visto cómo algunos dibujantes –incluso muy buenos- han comenzado a copiarte y no te pueden sacar de encima.
- El dibujante que tiene algún talento, evidentemente va a salir de aquello que copia. Pero va a depender mucho del estilo que está copiando. En la historieta hay estilos abiertos y estilos cerrados. Los abiertos son los de los maestros. Todos los que hemos estudiado, analizado y –de última-, copiado a algún maestro para aprender, hemos sacado cosas y hemos derivado a otras donde subyacen algunas del maestro elegido. Pero el verdadero problema es si la copia es elegida o impuesta. Si vos elegís y elegiste bien, vas a terminar saliendo con tu propio estilo, con rasgos del tronco principal que tomaste. Pero cuando una editorial te lo impone, es un azar. Si te toca copiar a un estilo abierto, a un maestro, su estilo te va a permitir crecer, que salgan ramas secundarias de su tronco. Yo creo que sacando a Caniff, Raymond o Breccia, no hay muchos tipos que se puedan copiar para aprender algo. Pero si la editorial le impone al dibujante un estilo cerrado, que no ofrece alternativas, el tipo queda sometido en un segundo plano, y se queda en ese estilo, en sus redes, sin poder moverse.”
(Entrevista a Mandrafina. Martín García, en “Un Cacho de Mandrafina, Fierro 14 –primera época-, octubre 1985)


Giani Dalfiume, autor de larga trayectoria en la editorial, se refiere a Columba en su aspecto de fuente laboral:
“Trabajé casi 30 años para Columba. Naturalmente hay muchos recuerdos, ni todos buenos ni todos malos. Durante años, la meta fue, para mucha gente, si uno quería vivir de esto, la Editorial Columba. Era una empresa sólida que brindaba trabajo continuo y más o menos bien remunerado que permitía vivir con cierta dignidad. Todavía no había tanto trabajo para afuera. La gran contra de Columba era que se quedaba con los originales. Debo decir a su favor que cuando Columba estaba declinando yo les pedí los originales y me devolvieron casi un 90% de lo que les había hecho. Trabajaba en Misterix y la cosa, económicamente, no iba muy bien. El trabajo era muy discontinuo y el pago siempre con problemas. Vogt trabajaba en ambas editoriales y con su aval entre en Columba”
(Entrevista realizada por Ariel Avilez para su portal Blancas Murallas http://blancasmurallas.com.ar)


Helena, con dibujos de García Seijas, un clásico de Intérvalo.

Silvestre Szilagyi
Entrevista marzo 2007
(AA): ¿Y cómo fue su entrada en Columba?
(SS): Como te dije, empecé a llevar muestras, y allá por el 68 me dijeron “tiene que imitar a un dibujante para entrar acá”, así que elegí a Vogt para tratar de imitarlo (…)
(AA): ¿Quién era el que tomaba la decisión de emplear a nuevos dibujantes?
(SS): Aparentemente era un tal señor Menéndez, que lo conocían como “Manín”, y que era el que estaba a cargo de Intervalo y, creo, de Fantasía.
(…) copié un poco a la dibujante de “Tifanny Jones”, una tira inglesa. Era un dibujo clásico pero tipo moderno, onda pop, tipo lineal, con poco bloque de negro; el negro lo usaba como color, no como luz y sombra. Y le metía mucho de moda, había comprado muchas revistas de moda y eso funcionó, les terminó gustando.
A partir de ahí empecé a hacer historietas para Intervalo, esto fue allá por el 72. Mi primer historia fue “La Mujer del Astronauta” y me hicieron rehacer todos los pelos, así que dibujé toda la historieta con pelucas (risas), le pegué todos papelitos arriba, porque en esa época no había fotocopias. Recién ahí funcionó. Y a partir de 1973 trabajé de manera continuada.


(AA): ¡Qué cosas positivas rescata de esa época?
(SS): Y... que trabajé (risas) Que trabajé y aprendimos el oficio, no sólo yo, sino todos los muchachos que entramos por ese entonces a la Editorial: Saichann, Torre Repiso, Mandrafina...
(AA): ¿Es cierto que había algún tipo de censura por motivos artísticos o ideológicos p de algún otro tipo?
(SS): No. Había, tal vez, pero era algo más bien sugerido... y yo sinceramente no le presté mucha atención. Es más, mis historias que más funcionaron en Columba, las que más me alabaron, fueron aquellas en la que hice todo lo contrario a lo que me aconsejaba Presa.
(AA): ¿Cuáles eran los consejos de Antonio Presa?
(SS): Imitar a otras personas, hacer caritas sonrientes y amables... Cosa que no estaba mal, que estaba fenómeno, pero que a mí no me convencía.
Hay una historia que es ridícula, dibujada por Marchionne, en la que venían unos partisanos a los que les habían destruido los hogares los malvados nazis. “¡Destruyeron nuestros hogares, los hogares de nuestros antepasados!”, decían... pero tenían todos una expresión sonriente, venían con las caras iluminadas y agradables ¡era ridículo! (risas) Pero a ese nivel era la cosa. Yo tengo esa historieta, todavía, la miro y digo “esto es algo que no tiene pie ni cabeza” (…)



Una historieta con dibujos de Szilagyi.

(AA): ¿Recibió algún tipo de reprimenda por no aceptar ese tipo de sugerencias?
(SS): Sí. Me echaron más de una vez. Después me volvieron a tomar (risas) Pero de tanto en tanto me echaban. Venía Presa y me decía “E-e-e-esto n-no gustó” Y yo sabía que no era un asunto de gustar o no gustar. Cierta vez había entregado tres historietas y me rebotaron las tres; tenía una cuarta pero me dijeron “si entrega esta ahora, también se la rebotamos; entréguela dentro de dos meses”. Esas cosas siempre me parecieron un tanto arbitrarias. Pero bue... era el que mandaba ¿no? Podría haber hecho juicio en algún momento, porque de acuerdo al Estatuto del Periodista yo no estaba en relación de dependencia. Pidiendo que me reconocieran eso, me pagarían las vacaciones, el aguinaldo y qué se yo pero ¿después dónde iba a trabajar? Así que no hice planteos.
Igual, todo lo de Columba me sirvió de mucho ¿eh? Yo hice muchísimos experimentos tanto en Columba como en Récord, todos los experimentos habidos y por haber en el dibujo y nunca nadie se molestó por eso. Habitualmente se molestaban por otras cuestiones, pero no por los experimentos gráficos que uno hiciera. Eso siempre me llamó la atención y debo reconocer que me dieron el campo para hacer pruebas, no gratis, sino pagas; pagaban poco, pero pagaban. Encima era tipo reloj: llegaba el cuarto martes del mes y pagaban. Y además te daban trabajo continuado: todo el que pudieras hacer, salvo en algunas épocas de crisis.
(Entrevista realizada por Ariel Avilez. En el portal Blancas Murallas se puede leer la entrevista completa:
http://blancasmurallas.com.ar)


Pese a los rígidos parámetros en que debían desempeñarse los autores, visto en la distancia del tiempo, hoy se puede realizar una valorización de Editorial Columba más positiva de la acostumbrada. Por ejemplo, representaba una fuente laboral para muchos dibujantes que hoy se encuentran desempleados o que han dejado de dibujar historietas, aunque en su gran mayoría, los que integraban su plantel han pasado a trabajar exclusivamente para el mercado extranjero (Italia, principalmente), o que le permitía dar los primeros pasos a autores noveles y que conseguía llegar a una amplia mayoría de la población.
Carlos Nine, autor de prestigio internacional, totalmente ajeno a los parámetros de Columba, destaca la importancia de la masividad de la editorial:
“… Sin embargo fue un momento interesante porque era una historieta popular, que la leía el obrero. Eso es importante también. Yo veía en el tren, gente de laburo, no pibes de clase media, sinó laburantes leyendo historietas. En ese sentido creo que era interesante.”
(Entrevista de A. Aguado a Carlos Nine, en La Duendes Nº 2 –segunda época-, 2007)
Aunque se puede conceder que sus publicaciones no se destacaban por una calidad homogénea de los trabajos que publicaban, en sus páginas vivieron personajes que hoy son clásicos del patrimonio de la historieta nacional. Aún, pese a que cuando en general se realizan valorizaciones de la historieta nacional, se suele ignorar a los personajes de Columba.

Dago, otro clásico de Robien Wood y Salinas.

Por sólo citar algunos ejemplos: Nippur, Dago, Gilgamesh, Cabo Savino, Pepe Sánchez, Mi Novia y Yo, Mark, Savarese, etc. Por sus páginas también transitaron grandes autores de la historieta, como Mandrafina, Altuna, Solano López, Casalla, Risso, Lucho Olivera, Carlos Vogt, los hermanos Villagrán, Arturo del Castillo, Ángel Fernández, Dalfiume, Magallanes, Robin Wood, Trigo, Walter Taborda, Meriggi, Pedrazzini, Zanotto, Lalia, Canelo, Ernesto García Seijas, etc., Etc.
Convendría preguntarse, tal vez a modo de debate, si la existencia de revistas como las de Editorial Columba, no ayudaron a formar lectores, los que en su momento sostuvieron a otras publicaciones hoy emblemáticas, como Fierro y Skorpio. Hoy los lectores “nuevos” leen mayoritariamente Manga, seguido por material de Superhéroes. El lector de manga casi no lee material nacional. ¿Tal vez sería un tanto más equitativa la distribución de lectores si existiera una oferta nacional más variada, que comprenda diversas líneas gráficas, algunas de las cuales casi no cuentan con espacio donde publicarse?
Años de nacimiento de las principales publicaciones de Columba: El Tony nació en 1927, Intérvalo en 1945, Fantasía 1950, D`Artagnan en 1957, Nippur Mágnum en 1979. Tras 73 años de actividad, Columba cerró sus puertas en 2001.

Dejo picando un interrogante que me transmitió un colega: aunque con las evidentes diferencias temáticas y estilísticas ¿el modo interno de trabajo de Columba, no se asemejaba a las formas de editoriales que son la meta de muchos dibujantes en el mundo, como DC Cómics o Marvel?.

Más información sobre editorial Columba y sus autores:
http://blancasmurallas.com.ar
http://comicscolumba.blogspot.com/

jueves, 12 de febrero de 2009

Entrevista y Convocatoria a guionistas

El regreso de Jiurban, una historieta generacional
Del personaje Jiurban, de Marcelo Pont, se publicaron cuatro episodios y un especial, en la primera etapa de la revista Fierro. En un principio iba a ser una serie, pero quedó inconclusa y con un episodio inédito. A simple vista se diferenciaba del resto del material por una estética muy personal, asociada con la que imperaba en los años `80.
Jiurban apareció en los números 53, 55, 58, 62 y un especial del suplemento Oxido, en el año 1989. Veinte años más tarde, su autor lo volvió a la vida. En el sitio web del personaje se pueden ver los episodios publicados en Fierro, el inédito y uno nuevo.
La siguiente es una entrevista a su autor.


Retrato de Jiurban
1- Por qué el título de personaje, Jiurban? Cuándo y cómo nació el personaje?
R: Jiúrban es la versión pronunciada (ayentáin stáil) de "urban" (urbano, en inglés). una mezcla de Dick Tracy y Spirit con la suerte de Don Gato. Según una leyenda nunca escrita, un Jiúrban es un lobo sin manada, enfrentado a las "tribus urbanas". Ni siquiera es el nombre del personaje.Nació en charlas ociosas de bar cuando con unos amigotes fuimos inventando el personaje. De la mesa del café frente al teatro se trasladó al tablero de dibujo y allí nació la historieta. Yo siempre amé el cine, pero sólo me daba para hacer comics, así que "filmaba" Jiúrban con una o dos "cámaras", me salía mas barato: papel schoeler y rapidograph. Esto le dió una dinámica y una estética muy cinematográfica. En general comenzaba sin primer acto, directo a la acción, acelerador a fondo, como en los comics de Lee y Kirby o como El Spirit de Eisner que eran mis ídolos. También tenía sus toques surreales de Moebius o Drouillet. A veces buscaba la precisión exquisita de Neal Adams o Russ Manning. pero lo que primaba era el dibujo rudo del Breccia de Mort Cinder o de Lucho Olivera.


2-Al ver la historieta impresa en la vieja Fierro, se destacaba del resto del material por su estética, diría bien de los ochenta (los "raros peinados nuevos", borceguíes, tapados largos, la ropa en general). Era a propósito, buscabas reflejar algún contexto de época?.
R: Gracias por la distinción, mirá que había grosos en la Fierro... Si, creo que se diferenciaba bastante, tenía una estética muy fuera de la "escuela argentina" por decirlo así. Estaba mas emparentada con la convergencia de medios de los ochenta, tenía fuertes influencias de la música, de la cultura pop y punk, del cine negro, los pulps, del comic usa y europeo pero llevado a un contexto local. Sucedía claramente en Córdoba en un NoFuturo.Era sin duda una historieta "generacional". Con guiños permanentes a la cultura de la época, que trataba de salir de la nada, de la escalofriante oscuridad de los "años de plomo" pero también de los prejuicios de los setentosos, dueños y jueces de la palabra revolución. Era una historieta para supervivientes.

3- En las historietas te inspirabas en la música? Vi que un capítulo estaba basado en un tema de David Byrne y en otras aparecen frases de Vox Dei (de la La Biblia) y otras que parecen remitir a temas de Fito Paez y Soda Estero. También aparecen imágenes de músicos, como Luca Prodan.
R: Siempre usé el estímulo de la música para trabajar. Según lo que voy a dibujar pongo un estilo de música; eso "te tiñe la imagen" inevitablemente. En esa época tenía 3 trabajos y para dibujar necesitaba un fuerte estímulo: era la música. Les debo mucho a todos ellos. La música y la literatura son los grandes disparadores de imágenes: No estás copiando lo que has visto antes, sino lo que nace dentro tuyo.
4- Tras los capítulos que publicaste en Fierro, seguiste dibujando al personaje? Quedaron algunos capítulos inéditos?
R: Salieron 4 números de Jiúrban de 8 páginas en Fierro y luego se publicó Jiúrban Dáiet en Óxido con menos páginas... me iban pidiendo que me achique y que no dibuje viñetas de una página porque pensaban que era una "avivada" (!?). Le hubiesen dicho a Marcel Duchamp: Se avivó, nos llenó de mingitorios el museo!En el blog está la publicación completa mas la última de Jiúrban Dáiet que era una "historieta de renuncia". Obvio, nunca se publicó.En ese punto, desilusionado, dejé el cómic durante 20 años y me dediqué a hacer lo mismo pero en teatro, ópera, musicales y cine. La misma fiesta con otra música.Regresé en el 2007 con el blog de Jiúrban para reeditarlo. Ahora es patrimonio de la humanidad.A partir de la semana pasada comenzó su nueva era, con una historia de 8 páginas que acabo de dibujar en el 2009 expresamente para publicarlo online (este número 5 de jiúrban es estreno absoluto). Igual, se extraña el olor a tinta.


5- Tuviste alguna repercusión de cuándo se publicaba?
R: Jaja! Para nada. Los únicos que se acuerdan son ustedes, Diego Parés y el profe Von Sprecher. Creo que ese NoFuturo adelantaba un poco...
6- Hace poco lo volviste a la vida, por qué?
R: Sentía que era una historieta que había pasado por debajo de la cuerda y que todavía tiene vigencia, cuenta una historia no tan oficial. Jaja, antes era muy avanzado, ahora es Retro.
7- Cómo es ahora el personaje?
R: Antes no le preocupaba su miseria, ahora debe luchar por no perderla.
8 – Qué repercusión tiene?
R: Auguro que tanta como antes. Lo estoy promocionando así: Preparate, desde el próximo lunes... Vuelve por todo lo bajo, sin bombos ni platillos...un regreso sin gloria!una nueva oportunidad histórica desaprovechada!
9 – Estuviste alejado de la historieta, cuándo volviste?
R: No se si es que nunca me fui o nunca volví, ni siquiera cuánto me quedaré.
10 – Cómo ves el panorama de la historieta hoy en día?
R: Con chabones como yo que publican gratis, a la industria la veo mal. Con chabones que las venden mas caras que El Tony, también. Es como el dilema del mp3 y el dvd quemado... Cosas del Niú Fiútur!Pero creo que la desculturalización de las masas tiene una esperanza en la historieta: volver a leer algo que no sea un sms... algo con qué llenar el tiempo, que exceda la autoreferencia y el narcisismo. Algo que supere el paradigma de Warhol de los 15 minutos de fama.Quizás comiencen por dibujarse a sí mismos en vez de sacarse una foto y publicarla.
El sitio de JIURBAN

El portal de Marcelo Pont

Convocatoria para guionistas desde Colombia
Los colegas de NAHUALLI comics, de Colombia, nos acercaron la siguiente convocatoria:
EL CLAN NAHUALLI HA ESTADO OCUPADO CAZANDO EN LA NOCHE GUIANDO LA MANADA Y QUEREMOS INVOCAR A LOS ERUDITOS EN LAS LETRAS Y EL ARTE DE LA ESCRITURA!!!OS CONVOCAMOS GUIONISTAS, PARA QUE DESLUMBREN NUESTROS OJOS Y ALMAS CON VUESTRAS PROPUESTAS!!!CLAN NAHUALLI NECESITA DE TU TALENTO COMO GUIONISTA, ESCRÍBENOS Y MUÉSTRANOS ALGO DE TUS IDEAS. NO QUEREMOS HISTORIAS DE PORNOMISERIA, SUPERHEROES, DEPRIMIDOS, SEXO EXPLICITO , O COSAS QUE SOLO ENTIENDE EL QUE LAS ESCRIBIÓ.


SUS GUIONES DEBEN DE TENER UN MÁXIMO DE 4 PAGINAS Y ESTAR TERMINADOS, ES DECIR, NO BUSCAMOS POR EL MOMENTO IDEAS MEDIO ESBOZADAS SINO HISTORIAS CON INICIO, NUDO Y DESENLACE DEFINIDO.

CLARO ESTA QUE SI HUBIERA LA NECESIDAD DE SUGERIR O INSINUAR ALGO, ESO SE MANEJARÍA POSTERIORMENTE.BUSCAMOS FANTASÍA, HUMOR (NEGRO AGUANTA), CIENCIA FICCIÓN, HISTORIA ENTRE OTROS MITOS Y LEYENDAS DE LA GRAN AMÉRICA DESDE ALASKA A LA PATAGONIA Y ALREDEDORES CARIBEÑOS.

EL PLAZO DE LA CONVOCATORIA ES HASTA EL 28 DE FEBRERO DE 2009.
CLAN NAHUALLI RESPETARA LOS DERECHOS DE AUTOR DE CADA UNO DE LOS AUTORES Y LOS QUE NO SEAN SELECCIONADO QUEDARANA DISPOSICIÓN DE LOS MISMOS.
EL CLAN SE HA PRONUNCIADO AUUUUUUUUUUUUU!!!nahuallicomics@gmail.com
http://nahuallicomics.blogspot.com/
Funza/Bogotá- Colombia

lunes, 9 de febrero de 2009

Libros de historieta, entrevista a Lucho Olivera

Los libros patagónicos de Carlos Casalla
El dibujante Carlos “Chingolo” Casalla, prócer vivo de la historieta nacional, es mayormente conocido por ser el autor de Cabo Savino, personaje que dibuja desde hace más de 50 años. Los memoriosos también lo pueden asociar con historietas de cosacos, de la II Guerra Mundial o de western, publicadas a nivel nacional en revistas de las extintas editoriales Columba y Record. Su estilo de dibujo, al ser sumamente personal, resulta muy fácil de recordar.
Casalla reside en Patagonia desde la década del `60, en la ciudad de Bariloche. De a poco, la historia de Patagonia y de la que pasó a ser su ciudad, comenzaron a ganar espacio en su obra. En la actualidad lleva publicadas casi 5 mil tiras diarias de carácter histórico, en el diario Río Negro, el principal del norte de Patagonia. En esas mismas páginas ha vuelto a la vida al mítico Cabo Savino.
Desde mitad de los años `90 Casalla ha editado una serie de álbumes, impresos a color, poco conocidos fue de las fronteras de Patagonia. Ellos son:



“El gran lago” (1994): reconstruye la historia de la zona comprendida en torno al lago Nahuel Huapi, en la cordillera de los Andes, en cuyas márgenes se asientan las ciudades de Bariloche y Villa La Angostura. La historia comprende el período de tiempo que se tiende entre 1620 y 1883. En las 100 páginas del álbum, desfilan conquistadores, aventureros, científicos y personalidades que llegarían a ser próceres de la historia de Argentina y Patagonia. Están los conquistadores españoles, los misioneros, los pueblos originarios y la campaña militar conocida como La Conquista del Desierto.

El álbum “Cabo Savino”, editado en el año 2003, en Bariloche, en 104 páginas compila numerosas historietas del hoy clásico y mítico personaje.


“Francisco P. Moreno”, con 70 páginas en formato apaisado grande, como el título lo indica, aborda la historia del prócer de la historia nacional. La trama se centra en sus exploraciones al norte de Patagonia. Es el propio Casalla, dibujado, que cuenta la historia mientras dibuja y dialoga con un pájaro.

“Piedrabuena”, en sus 148 páginas a color, también en formato apaisado grande y con Casalla como narrador de la historia, realiza un paneo por la historia de aventuras de otro prócer de la historia nacional.
Recientemente también editó “Martín Fierro” ilustrado, el que se encuentra agotado.

En sus libros, Casalla aborda personajes y hechos de la historia, de forma didáctica en formato de aventuras, con lo cual consigue el doble propósito de entretener y educar. Los suyos son libros sumamente valiosos, tanto por las ediciones de lujo, como por los temas abordados, el trabajo de documentación y la calidad gráfica de su trabajo.


Entrevista a Lucho Olivera en Blancas Murallas
El portal Blancas Murallas, dedicado al mítico personaje Nippur, acaba de publicar una entrevista inédita al dibujante Lucho Olivera. El dibujante, que falleció en noviembre de 2005, fue el primero en dibujar a Nippur.
El portal presenta una serie de interesantes secciones, como “Todo Nippur”, con un listado de episodios,
álbumes recopilatorios y los fuera de serie.

Asimismo, en dos secciones, presenta una serie de reportajes a dibujantes y guionistas que estuvieron vinculados con editorial Columba, la que editaba a Nippur: “Reportajes”: Robin Wood, Néstor Barrón, Gabriel Rearte, Sergio Mulko, Lucho Olivera, Walther Taborda, Sergio Ibáñez; “Viudas de Columba”: Alfredo Falugi, Gerardo Canelo, Horacio Merel , Carlos Vogt, Silvestre Szilagyi, Gianni Dalfiume.


Finalmente, una sección que se está volviendo la principal característica del portal: la sección “Galería”, donde se muestran versiones del personaje, realizadas especialmente para el portal, por un importante número de dibujantes.

martes, 3 de febrero de 2009

Info comiquera

Hoy recomendamos dos notas, una de Andrés Valenzuela en Página 12, del domingo 1 de febrebro, referida a los apoyos estatales (o no) a la historieta nacional, donde figura la relación de La Duendes en ese contexto. La segunda es una entrevista a nuestro colega Leonardo Heredia. La entrevista a Leonardo se puede ver en You Tube, extraída de un noticiero de Comodoro Rivadavia, referida a una exposición que realizó hace un año. La muestra buscaba generar polémica o un debate en torno al tema de la explotación petrolera en la región y sus consecuencias sociales.

Nota a Leonardo Heredia